La constelación de los elementos de este duelo parecían garantizar una tarde de fúbol emocionante. Por un lado, la historia. El FC Bayern y su laureada vitrina frente al modesto rival procedente de la pequeña Heidenheim y que sigue viviendo un sueño desde el ascenso, participación en la Conference League. Por otro lado, el balance entre ambos contendientes: 9 goles ha logrado marcarle el 1. FC Heidenheim al Bayern en solo 3 partidos. 11 en 4 choques con los 2 de hoy. Nadie podría imaginar que se llegaría a esa cifra tras el dominio del FC Bayern en la primera mitad... salvo Frank Schmidt.
Un truco en el vestuario
El técnico del cuadro visitante apostó hoy por un planteamiento basta defensivo. Algo perfectamente entendible viendo que tenía en frente al FC Bayern en su estadio y tras los 17 goles encajados en los últimos 8 partidos ligueros. Seguridad, no bajar la intensidad y mantener imbatida su portería el máximo tiempo posible. Esa era la hoja de ruta del Heidenheim. Y según lo visto en la primera mitad y el resultado que mostraba el electrónico, el once visitante parecía haber cumplido parte de sus objetivos.
El FC Bayern logró hoy su récord en lo relativo al dominio (posesión 86%), pero no en la efectividad, de los 12 remates a puerta realizados en la primera mitad, los chicos de Vincent Kompany solo celebraron 1 gol: el de Dayot Upamecanos tras un saque de esquina botado por Kimmich (18´).
El partido solo se disputaba en campo visitante y ningún jugador del Heidenheim superó los 20 contactos con el cuero. Solo quedaba correr tras el balón y cerrar filas. «Les dije a mis jugadores: 'Da igual lo que haya sucedido, solo vamos 1-0'. Y el fútbol, a veces, se vuelve loco», comentó Frank Schmidt recordando la charla del descanso a sus hombres.
Cambios decisivos
Vincent Kompany también movió ficha a lo largo del partido. Las lesiones influyeron seguro y el técnico del FC Bayern introdujo 5 cambios en comparación con el once que se midió al Leverkusen en copa. Daniel Peretz debutó bajo palos como titular en la Bundesliga, Aleksander Pavlović, Thomas Müller, Michael Olise y Raphaël Guerreiro también saltaron al césped de inicio.
El FC Bayern controlaba todos los aspectos del duelo, manejando ritmo y la circulación del balón. Sin embargo, en el minuto 51 un error defensivo permitió a Mathias Honsak batir a Peretz y elevar el 1-1 al marcador. Primer remate rival, primar gol. Más eficiencia imposible. Pero el equipo bávaro no sufrió el varapalo. A los 5 minutos Jamal Musiala recibió un pase de Olise y tras avanzar 5 metros con el cuero, su remate se coló en la meta rival merced a un colocado remate. Poco después, Leon Goretzka hizo el 3-1 en el 20º tiro a puerta de los muniqueses (84´). Parecía estar todo decidido ya, pero en frente estaba el Heidenheim.
«La primera parte fue muy buena, la presión funcionó muy bien», resaltó Vincent Kompany antes de añadir: «En la segunda mitad también mantuvimos la calma». Y eso pese encajar un nuevo tanto a 5 minutos del final, obra de Niklas Dorsch (85´). «Lamentablemente nos complicamos la vida nosotros mismos. Teníamos un dominio brutal y lo hicimos emocionante de nuevo», indicó el director deportivo Christoph Freund.
La tradición del espectáculo
El Heidenheim adelantó sus filas para buscar el empate, siendo fiel a los duelos contra el Bayern, aún quedaba tiempo para más espectáculo. Guerreiro aprovechó los espacios y, con un pase medido, encontró a Musiala y los 3 puntos se quedaron en Múnich con 4-2 definitivo (90+1). He de decirlo, el intento de chilena no acabó muy bien. La musculatura se ha visto algo afectada, pero nada dramático. Por otro lado, haberle dejado el puesto a Jamal, no fue una mala idea», resaltó Thomas Müller. El Bayern necesitó 21 remates para marcar 4 goles, el Heidenheim tiró 2 veces a puerta y ambas acabaron dentro. La locura esta vez se tradujo, al menos, en victoria para los nuestros.
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